Diseñar Autos
Página 12, 13 de mayo de 2017
Un nuevo libro recoge la carrera de Gustavo Fosco, graduado en La Plata que se transformó en uno de los más destacados diseñadores automotrices.
De una cuchara a un avión, en el mundo contemporáneo todo es diseño. En ese amplio espectro, el diseño de autos es pasión de multitudes y llevó a muchos hombres a estudiar la carrera. Muy pocos llegaron a cumplir el sueño de diseñarlos más allá de un prototipo y llegar a las grandes ligas siendo argentino. Gustavo Fosco, quien estudió en la Universidad de la Plata y llevado por una pasión que arrastraba de chico comenzó una meteórica trayectoria en el exterior hasta llegar a ser Director de Diseño Global de Alta Gama de Renault Francia, luego director en Barcelona y director para el Mercosur, cumpliendo el sueño de diseñar desde una rueda a volantes, todo tipo de modelos de camionetas y autos de esos que conocemos todos.
Su trágica y repentina muerte en un accidente a los 53 años, motivaron que otro reconocido diseñador argentino, a quien conocemos bien por los trabajos de su estudio Sudamericadesign y por su comprometida carrera docente, fundador de la carrera en Mar del Plata y director en la Ort, el diseñador industrial Alan Neumarkt, se abocara a recopilar su trabajo. Amigo personal, ex compañero de facultad y compinche desde el regreso de Fosco al país, Neumarkt convocó a Guillermo Portaluppi, director de Arcadia Diseño, a reunir la vasta carrera de su amigo en “Diseñar autos, Vida y pasión de Gustavo Fosco” de Wolkowicz Editores. Además de un interesante libro sobre diseño automotor, oficia como el mejor tributo a uno de los diseñadores que más lejos a llegado internacionalmente en su profesión.
“Escribir estos textos y seleccionar los dibujos fue una manera de acomodar el dolor. También este libro es para que esta gran historia profesional y humana sirva a las nuevas generaciones de diseñadores. Para comprobar que no hay imposibles en esta creativa, compleja, cambiante e innovadora disciplina que es el diseño industrial. Y que desde Argentina, también se puede conquistar el mundo”, adelante en una emotiva introducción Neumarkt.
–¿Cómo surge el libro?
–Es un libro de diseño pero antes que eso, es el homenaje a un amigo. La esencia es eso. Gustavo fue el diseñador de autos más importante de la Argentina y lamentablemente falleció hace tres años. El estudió en La Plata, fuimos compañeros. Un obsesivo del diseño automotor. El sólo quería diseñar autos. Y de hecho estando en la facultad ya diseño sus dos primeros modelos s que están publicados en el libro: el Arena y por hacer ese trabajo en los años ‘80 lo contrata una empresa, Eniak, que hacían una camioneta, la Durango. Después viene la hiperinflación y se va a probar suerte a Europa. Tiene una entrevista en Pininfarina en Turín y otra en Renault en París. Los dos le ofrecen trabajo. Y entra en Renault como uno de los 60 diseñadores, el único no francés. A partir de ahí hace toda su carrera profesional pasando por distintos lugares de departamento de diseño de autos. Al principio le dan para diseñar ruedas y volantes, pero enseguida al ver su talento lo pasan a utilitarios, alta gama, gama media. Realmente se da el lujo de hacerlo todo. Al tiempo, su jefe, el famoso Patrick Le Quément, lo nombra director del primer equipo de diseño fuera de Francia y fue a dirigir Renault en Barcelona del 2002 al 2004. Le dan para diseñar el Renault Sandero. Luego de muchos éxitos, pide la repatriación después de más de 20 años en Europa, y a fines del 2005 vuelve a la Argentina. Como vivía muy cerca de mi casa nos veíamos todos los sábados y una vez al año hacíamos un proyecto juntos. Así fui conociendo minuciosamente todos sus proyectos porque el guardaba cada dibujo, cada foto. Todo.
–Vos también sos fanático del diseño de autos…
–Yo nací diseñador. Estudié diseño en la Universidad Nacional de la Plata. Me dedique a dibujar desde autos a muebles desde que era chico. Mis cuadernos estaban llenos de dibujos y, por supuesto, amaba los autos como casi cualquier varón. Además tenía dos abuelos: uno con carpintería y otro con una metalúrgica. He torneado desde chico. La vivencia del taller y del dibujo, combinadas, dan diseño industrial, casi seguro. Desde antes de recibirme monté un estudio con mi amigo Marcelo Leslabay, director de la Revista Experimenta de España. Hacíamos maquetas, dibujábamos planos y algunos proyectos. Y después Marcelo decide irse a España. Y como me gustaba mucho también la arquitectura, me uní a Néstor Piquero y fundamos Sudamericadesign. En paralelo, la vida académica siempre. Primero como ayudante-alumno de Roberto Doverti y Ricardo Blanco. Y cuando en el ‘85 se abre la carrera en Buenos Aires, como jefe de trabajo y adjunto por 10 años. Los primeros egresados de la universidad de Buenos Aires son mis alumnos. A la Ort entre en el año 92, son 25 años ahora donde soy Director de Educación Superior del Instituto Tecnológico Ort. Volviendo a los autos, me apasionan como a un tercio de los diseñadores argentinos y te diría a los argentinos en general. El auto, mínimamente desde Fangio para acá, es una de las pasiones de multitudes. Para casi todos los que van a estudiar diseño industrial, el tema autos es primordial, pero de ahí a diseñarlos, es otro tema. Pocos lo han hecho como Fosco que lo ha diseñado casi todo y encima para el mercado europeo.
–¿Por qué el libro?
–La muerte de Gustavo fue tremenda para todos. Un shock terrible. Seis meses después me decido a encarar este tributo sobre todo porque si vas a la facultad y preguntas, nadie sabe, hasta hoy, que un diseñador argentino fue el creador de tantos de los vehículos que existen. Muy respetado en el mundo profesional y empresarial. Jugando en primera. Hablé con Marina, su mujer, y ella no sólo se entusiasmo, sino que me dio ocho cajas enteras con material. Era abrumador. Gustavo guardo cada papelito, dibujito, polaroids. Lo llame a Guillermo y comenzamos. Ahí fuimos a ver a Daniel Wolkowicz. Y todo se fue dando.
–¿Cómo organizaron el material?
–El objetivo no era sólo poner fotos, sino contar una historia. Es una cronología con notas de colegas y de él mismo. Hicimos lo que yo llamo una biografía visual. Un homenaje, parte de la historia del diseño argentino y un libro de autos y de dibujos de autos. Por lo menos hay 50 maneras de cómo dibujar autos. Algunos que hizo a los 16 años. Increíble. Todos dibujos bellísimos.
–¿Cómo es tu visión hoy de la educación en diseño?
–Hay un ante y después de la computadora. Nosotros somos analógicos, en la cancha se veía el lápiz como en el caso de Gustavo, un lápiz sublime. Pero eso hoy se diluyó.
Hoy hay mucho chiche. Igualmente el nivel de los estudiantes argentinos es muy alto. Siempre se sorprenden de nuestros profesionales en el mundo.
Ver original: www.pagina12.com.ar/37331-un-homenaje-a-gustavo-fosco